domingo, 27 de septiembre de 2015

Contagio emocional


Era la cuarta vez que ponía el mismo anuncio en un grupo de discusión pero la reacción de las participantes fue distinta.

Sin saber porqué empecé a notar cómo se me erizaba el vello. Empecé a sentir que o me autocontrolaba o se escaparía alguna lágrima rebelde de mis ojos. Y eso no lo puede hacer un buen moderador.

Lo notaba en el ambiente, en mi piel, pero necesitaba confirmación por parte de esas mujeres con las que estaba compartiendo ese momento que  nos había proporcionado un spot de TV: "¿qué habéis sentido?" les dije. Y entonces me confirmaron que habían sentido cómo la emoción les embargaba, cómo la mujer del anuncio, junto con la música, las arrastraba de manera irremediable a sentir su propia fuerza interna, su lucha, su valía.... A reconocerse como mujeres poderosas. A quererse.

Eso es conexión emocional y lo mejor... se siente bajo la piel, se contagia.



Desde ese momento no paro de pensar en varias cosas... Varias cosas que se me agolpan y no sé si podré poner en orden en mi cabeza.

Primero de todo pensé en Inma, mi jefa, mentora y amiga. Cuando yo empezaba a trabajar en Research International me enfrenté a mi primer caso de reacción que denomino de "encefalograma plano" ante una comunicación. Recuerdo que evaluaba publicidad de tabaco y el grupo se tornó monosílabo, aburrido... y la energía bajó. Los que moderamos grupos sabemos que esta situación te complica mucho una reunión porque lo que necesitas es que la gente hable, comente, exprese su opinión  (independientemente de que sea  positiva o negativa), con lo cual si se te "callan" !estás muerta!.
Inma seguía tras el espejo el grupo y cuando acabé me dio uno de los mejores consejos de mi vida: si ves que no reaccionan enfréntate a ellos, pregúntales ¿qué os pasa? Si sientes que no les dice nada la comunicación, expresa lo que sientes, diles "os noto fríos, ¿es así?"  De este modo les puedes hacer reaccionar ante su propia reacción.
Magnífico consejo para ponerle voz a esas "emociones" que se callan y no se "ven" al no ser verbalizadas.

Pero más allá del plano puramente profesional, pensé en la - llamémosle magia - de sentir esas energías o emociones.



Con este estudio he tenido la posibilidad de sentirlas de un modo casi tangible:

1) Un mismo anuncio, por tanto, un mismo estímulo.

2) Diferentes reacciones que antes de ser expresadas en voz alta (porque tenían que escribir sus impresiones en papel) me hacían sentir a  mi misma, frente a esas mujeres de manera diferente. Me hacía intuir el grado de entusiasmo.... estando de espaldas a ellas.... sin mirarlas y lo sentía. No os podéis imaginar cómo se siente.

Un mismo anuncio y en uno de los grupos la conexión era tan baja que casi me entraron ganas de acabar la reunión en ese momento (de la baja energía y apatía que se desprendía), mientras que en otro grupo me entró una emoción y un optimismo tan maravilloso que me tuve que bajar las mangas del jersey....

¿No os parece increíble?

¿No os parece maravillosa la energía humana?

¿No creéis que deberíamos escuchar más lo que sentimos? Llámese "corazonada", llámese "instinto"... Todo aquello "intangible" que sentimos... y no expresamos. Que dada nuestra racionalidad necesitamos contrastar para estar seguros de lo que hemos sentido (sobre todo en investigación).
Fotografía: Heather Evans Smith

Supongo que en el fondo es lo que me decía siempre mi abuela. Lo que también me dijo la última vez que la vi: "escucha tu corazón". Bien... ahora he "contrastado empíricamente" que mi "corazón" tiene voz. Ahora empiezo a empezar a entenderlo y a escucharlo.