lunes, 22 de diciembre de 2014

Remake o no remake, esa es la cuestión



Recuerdo el sonido armónico y rítmico de unos tacones caminando por un largo y lujoso pasillo.
Una silueta de sirena con un vestido dorado.
Recuerdo una voz.. recuerdo las palabras: "gold is cold"
El vestido y las joyas cayendo... como símbolo de autenticidad. De llegar a la esencia, a lo que importa.
Y como cierre, como clímax final, el producto: "J'adore".

Desde luego es uno de esos anuncios que pasarán a la historia. Por todo su simbolismo. Por toda su magia, su fuerza visual. Su capacidad de transmitir y hacernos sentir - o desear (ser, tener, parecer...) - sin decir. Esa es la clave del éxito de la publicidad.



¿Y por qué recuerdo ahora todo esto?...

Porque con el nuevo remake del anuncio se han - con perdón - "cargado" esta magia.



Lo sutil se ha hecho evidente: el dorado más fuerte, más brillante... De llevar un vestido que parecía hecho de "sombra y luz", fino, que se mimetizaba con la piel... a utilizar un vestido que más bien parece una armadura de la Edad Media.

El escenario: más pomposo, más ostentoso... con esa gran capilla. Frente a aquel pasillo largo, algo tenebroso y por tanto misterioso, algo que te invitaba a descubrir y no sólo a mirar.

La dirección de los pasos: en el antiguo anuncio avanzamos, a paso firme, a paso seguro acompañado al ritmo de los tacones, de la voz, de la firmeza. Vamos junto a ella, caminamos con ella. Pero en el nuevo subimos por una especie de sábana infinita hasta una cúpula que curiosamente está abierta... y me hace pensar en qué pasará cuando llueva... Y es que como no conecto, me vuelvo racional.

No me gusta tanto la idea de subir, o ascender. Se me hace de nuevo más ostentoso. Me parece más seductora la idea de avanzar. Simplemente tomar fuerza y avanzar en lo que cada uno es. Buen mensaje.

Y lo peor: la sensación de falta de ideas, el reutilizar sin aportar cambios, sin hacer avanzar en nada, usando exactamente los mismos recursos y sólo modificando el grado de ostentación evidente, lo cual pierde - en mi opinión - valor de seducción y deseo.

Me pasó algo similar el año pasado con el spot de esta misma marca. Me molestaba verlo. Me ponía los pelos de punta!


Volvemos a lo mismo: retomar un recurso que funcionaba a la perfección  - el vestido y el firme caminar - pero intentando darle una vuelta creativa. ¿Y qué hicieron? ¡Dios! nada más y nada menos que desenterrar a las grandes divas de Hollywood utilizando ¿dobles? ¿momias? ¿efectos digitales? Nunca lo he sabido bien porque siempre me ha producido grima verlo.

No obstante Charlize Theron es maravillosa. No hay quejas respecto a ella.  Magnífico icono de belleza, seguridad, seducción, y muchos puntos suspensivos.

Lo que pienso de todo esto es que cuando se tiene algo que ya está bien, mejor no tocarlo si no es para mejorarlo, aportar algo valioso... realmente valioso o continuar la historia.
Si no es así, todo intento de "copiar" o rescatar algo puede incluso afectar a la imagen ya ganada de la marca.




1 comentario:

  1. Excelente análisis y reflexión, Anabel. Totalmente de acuerdo contigo. Tengo pendiente oler el perfume y averiguar si esa magia, elegancia y autenticidad que vinculan o asocian con la marca es real. Si es así, ya sé qué pedir a los Reyes Magos ;D

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