sábado, 29 de noviembre de 2014

Querer por ver querer....




"Querer por ver querer envidia fuera
si quien lo vio sin ver amar no amara
pues si antes de amar no amar pensara
después no amara, puesto que no amar viera"

Este es un fragmento que aprendí de memoria hace muchos años cuando leí la fantástica obra de Lope de Vega: "El perro del hortelano".

Y lo aprendí porque lo quise entender tan profundamente, que no tuve otro remedio.

Parece un galimatías, pero en el fondo guarda una enorme sencillez: no puedes sentir o ver algo que no existe antes dentro ti.

Esto es lo mismo que dicen que les pasó a los habitantes de las Américas cuando llegaron los barcos de Colón, que no los vieron porque en su mente no existían dichas estructuras mentales. Dicho de otro modo: no entendieron qué era eso que se acercaba a cambiarles su vida.

Sin embargo hay una gran diferencia entre "algo que ya existe en ti" y "ser consciente de que existe".
No sé si me explico. Quizá estoy demasiado filosófica hoy, pero voy a hacer el esfuerzo de apoyar mi reflexión con ejemplos... aunque no sé a dónde me va a llevar este post que me ha surgido de improviso.

Pero... ¿qué más da?! ¡Tampoco me preocupa ni hago daño a nadie! A veces también detesto esa exigencia de que todo tenga que llevar a algún sitio o para algún fin. Tanto que nos burlábamos con mis compañeros de sociología de la frase de mi profesor S. Cardús: "la utilidad de la sociología radica en su inutilidad"... y ahora no sólo la entiendo, sino que la adoro y la comparto.

En fin, sigo.

Muchas veces pienso en el fenómeno del iPhone. Había una discusión entorno a la revolución que creó el iPhone donde se decía que éste se había adelantado a las necesidades de la gente, creando lo que antes no existía.

He estado mucho tiempo de acuerdo con esta idea, pero hoy... no sé por qué empiezo a discrepar.
Quizá el gran Lope de Vega tenga más razón que el señor que dijo esto. Quizá la necesidad ya existía y no se había detectado, no se había entendido o intuido.

Intuido. Esa es muchas veces la clave. Pero la intuición nos da miedo, porque no se puede medir, ni cuantificar. La intuición no se puede probar. No existen gráficos que apoyen el éxito de las intuiciones... Porque lo intuitivo suena a "locura", espontaneidad o incluso - para los más racionales - puede sonar a "brujería".

Sin embargo, al menos en mi trabajo, muchas veces la intuición es lo que te ayuda a "ver" más allá de lo que ves y te muestran. Ese "golpe en el pecho" de la intuición te da muchas claves precisamente porque son pensamientos que no surgen como fruto de la lógica, de lo visible... sino de lo intangible.

Por supuesto luego tendrás que chequear, contrastar, medir y falsear empíricamente si es el caso. Pero si no dejamos que la intuición forme parte del proceso... nunca podremos ver esas necesidades aún no conscientes, aunque sí existentes. Y por tanto, no llegaremos a grandes insights.

Ahí dejo mi "intuición" de hoy... para aquel que la quiera, al menos, escuchar.