sábado, 26 de julio de 2014

"Renovarse o morir" dijo el faisán



Hace poco más de un mes estuve en un cumpleaños en el cual había un faisán en proceso de perder todo su plumaje. Debo confesar que me impactó ver cómo lo más bello de este animal yacía en el fondo de la jaula... como si de desperdicios se trataran.

Me explicaron entonces que era normal que se diera un cambio de plumas lo cual me tranquilizó y me hizo pensar en el mito del ave fénix que renace con más fuerza y poder de las cenizas.

Después he leído más al respecto y he aprendido que los machos, tras la temporada de cría, hacen un cambio de pluma y lo que más me ha llamado la atención es que durante dicho periodo necesitan absoluta tranquilidad y normalidad (por lo cual no montan a las hembras..... jajaja).

Dicen que la naturaleza es sabia... y de ahí que la etología - que estudia el comportamiento animal en su interacción con el medio - nos permite hacer paralelismos con el comportamiento humano, en tanto que animales.

El faisán es un ejemplo extraído de la propia naturaleza que nos puede ayudar a entender esa necesidad constante en nuestra sociedad de "renovación", actualización, "refrescarse".... avanzar frente a la sensación de "estancamiento".

No voy a tratar esta necesidad desde una perspectiva psicológica, no es mi terreno, pero sí voy a tomar algunos ejemplos (o "bones" como les vengo llamando) para reflexionar sobre dicha necesidad.

Bone 1: "Cambio de imagen en un restaurante"





Este ejemplo es un clásico... un elemento recurrente, nada nuevo... casi obvio. Pero imprescindible.

El pasado viernes estuve con mi padre comiendo en un restaurante vietnamita que hay justo debajo de mi casa. Llevo viviendo en esa casa desde 2006 pero sólo ha sido este último año cuando lo he visitado... y en más de una ocasión. Algunos podréis pensar que la propia cercanía hace que el interés se reduzca... parece que apetezca más alejarse de lo cotidiano para disfrutar de un buen momento extraordinario. Pero no. Lo clave en este caso ha sido la remodelación que ha sufrido.... pura imagen... puro cambio de "plumaje". Mismos cocineros, mismos propietarios, mismo menú.... sólo un nuevo espíritu, una nueva imagen y un nuevo "mensaje": estamos "al día", "tenemos estilo" y "no somos un restaurante chino cualquiera".

Este cambio de imagen se da a miles de niveles: en estrategia o posicionamiento de marca,  rediseño del packaging (¡cómo adoro estos estudios!), formulaciones de producto... En cualquier caso, estos cambios, del mismo modo que el faisán, suelen nacer de una situación de "estancamiento" y requieren un proceso bien meditado para llegar de nuevo a lanzar un mensaje al consumidor con credibilidad, fuerza y el suficiente "excitement" como para "reenamorar".

Bone 2: "Adaptación a los nuevos tiempos tecnológicos"
La era digital en la que nos vemos sumidos es imparable. Si bien la autocrítica ante el sentimiento de estar "enganchado" al móvil, a las redes sociales o al WhatsApp nos hace sentir a veces incómodos con nosotros mismos, una vuelta atrás es casi impensable.
En este sentido, muchas marcas lanzan sus tiendas online así como sus páginas en distintas redes sociales para poder estar conectadas con el consumidor en la manera que éste se relaciona y comunica hoy en día.
La no adaptación, el seguir con lo mismo sin "cambiar" el plumaje, puede significar el quedarse fuera del hábitat o mercado.





Bone 3: "Cambio de líder"
Otro ejemplo reciente que creo que viene al caso, aunque en otros niveles, lo recojo de la política, concretamente del PSOE.
Un partido en evidente crisis. Crisis de votos y votantes, crisis de valores, conflictos internos, desencanto externo.... Requería un cambio a diferentes niveles y para ello lo mejor era renovar todo el plumaje.

La llegada de Pedro Sánchez - un "producto" fascinante se mire por donde se mire - aporta al PSOE esa imagen fresca que necesitaba desde un proceso consensuado, meditado y debatido.




En definitiva, "renovarse" forma parte del proceso de adaptación, ya sea a través de cambios puramente físicos (y estéticos) como el cambio de piel,  plumaje, dientes, musculatura, packaging, logotipo..., como a través de cambios más internos y psicológicos.

Lo que he aprendido del faisán son dos cosas que considero muy relevantes:

  • No importa que durante un tiempo todo esté, como vulgarmente se dice, "patas arriba", no importa sentir que estamos "estancados", no importa tanto que las ventas no crezcan.... Lo podemos llevar a muchos terrenos. Lo importante es ser consciente de la necesidad del cambio en el momento correcto y oportuno. 
  • El cambio de plumaje es un proceso que debe afrontarse desde la estabilidad y no desde la precipitación. Una vez detectada la necesidad el camino es imparable pero requiere de un tiempo. Pero ¡ojo!, un cambio brusco de "jaula" también puede hacer que un faisán muera en el proceso, algo que también podemos aplicar a las marcas... aunque éstas vuelen en libertad.

martes, 22 de julio de 2014

Buscando el antídoto a la superficialidad

Siempre me apasionaron las palabras y la manera de describir las emociones de Pedro Salinas - gran poeta español del amor intelectualizado -:

"...Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,irreductible: tú."
Salinas, P.; "La voz a ti debida"

Desde una métrica y unas palabras sencillas, el autor es capaz de lanzar una invitación eufórica para desprenderse de todo lo material, de todo lo que nos constriñe y así poder dejar emerger la esencia o lo que nos hace especiales a cada uno de nosotros.
"Yo no te quiero así, disfrazada de otra", llega a decir el poeta a su "amor"... "te quiero pura, libre, irreductible: tú". Es decir, quiere encontrar lo que la hace diferente, única... especial, y quiere que ella se desprenda de todos los convencionalismos que "tiñen" su esencia.

Aunque se trate de un poema de 1933 su vigencia es absoluta ya que en el fondo lo que plasma es esa necesidad que hoy en día se tiene más que nunca a diferenciarse de las - peyorativamente llamadas - "masas" pero donde en el fondo estamos metidos todos.

Pero bajemos del mundo poético al mundo terrenal..... por mucho que me apetezca quedarme en el primero...

¿Ya?

Esta reflexión de fondo no es nada nueva ni sorprendente, lleva muchos años y tiene aún más lógica en un contexto urbano donde diferenciarse es difícil, donde la que se compra un bañador estampado en Zara o H&M corre el alto "riesgo" de verse duplicada en la playa con otro cuerpo y otra cara -como diría Alejandro Sanz-. Donde se cantan las mismas canciones, se ven las mismas películas, se siguen a los mismos artistas, las mismas tendencias culinarias, nos hacemos los mismos "selfies" en los mismos lugares turísticos y con los mismos gestos... porque nos gusta "formar parte",  "estar al día", porque necesitamos "participar en la sociedad".... porque formamos parte de un grupo, y eso - si se me permite la expresión - es casi indiscutible y no criticable.

No obstante, como siempre, llega un punto de inflexión,  rebeldía. Un momento en el que nos detenemos porque nos sentimos "vacíos", "superficiales" o que de alguna manera hemos perdido nuestra autenticidad. Y en este contexto encajo la actual tendencia de "au naturel" que vengo observando desde diferentes vías.

Son muy escasos y pequeños los "bones" que he recogido para reflexionar sobre esta tendencia, pero aún así espero que nos puedan ayudar a pensar un poco más sobre qué está pasando hoy en día.

Bone 1: "Todos contra la superficialidad de Photoshop"

Quién me conoce sabe que Facebook me sirve como compañero de trabajo (¡ay! ¡la soledad de los autónomos postrados ante un ordenador a quién no cantan los poetas!!). 
Estas u otras redes sociales se convierten en una fuente indiscutible de consulta para "ver" en perspectiva qué se está moviendo por fuera y por dentro de las personas...  

Dicho esto, últimamente no hago más que ver vídeos donde se "denuncia la mentira" de Photoshop, que alarga piernas, quita imperfecciones, te retoca la estructura ósea.... o te transforma en una pizza!!.

Estos vídeos son una invitación a poner freno a la irrealidad de esta herramienta. Se denuncia que Photoshop está marcando uno estándares de belleza irreales que perjudican a la autopercepción (especialmente en la mujer). 

A través de numerosos ejemplos se desmitifican a las actrices, modelos que aparecen en revistas y pantallas con el fin de quitar presión y también de reclamar la belleza de lo natural o auténtico. Y de manera paulatina, algunos de estos personajes famosos también deciden empezar a romper con la tiranía del Photoshop en busca de transmitir unos valores más cercanos a la naturalidad (que suelen tener más capacidad de generar empatía).




Bone 2: "No make up"
Anoche me puse a echar un ojo a algunas fuentes que sigo y me llamó la atención que la  tendencia de "naturalizar" empieza a pisar fuerte en más terrenos, como es el caso de los famosos selfies.
El artículo que leí (de H&M Life; "Au Naturel") empezaba diciendo:
"Las celebridades y modelos ya han revelado su verdadera forma de ser. ¿Eres suficientemente valiente como para sumarte a la tendencia #nomakeup?"
Son palabras muy significativas porque no hablamos de la "superficie", sino del "fondo": "una verdadera forma de ser", de la "valentía" y en el fondo de la autenticidad que trata de contagiarse y teñir las redes sociales.


Bone 3: "Nude Cakes"
El tercer ejemplo es más simple... incluso puede parecer "tonto"... pero sinceramente, no creo que lo sea.
Algunos de las y los que nos hemos metido en tendencias reposteras y hemos disfrutado y sufrido el mundo del fondant, los cupcakes y toda la magia y fantasía que lo rodea, empezamos a estar un poco saturados de tanto..... asúuuuuuuuucar (besos a la gran Celia... esté dónde esté).
Tartas que tardan semanas en construirse, obras de arquitectura efímeras... más bellas por fuera que por dentro. ¿Estamos cansados de ellas? ¿se han masificado tanto que ya nos aburren?

Fuente: Pinterest

En parte el surgimiento de pasteles sin cobertura, desnudos, transparentes.... pero no por ello menos deliciosos apunta nuevamente a esta tendencia, esta necesidad de huir de lo superficial y buscar la pureza, la esencia... y no nos olvidemos: la diferenciación y el sentirse especial, aunque dentro del grupo.

En el fondo estamos buscando ese lado salvaje que perdimos una vez, que maquillamos otra y que ahora toca rescatar de nuevo... Somos salvajes de asfalto en busca de nuestro lado natural, sin renunciar - de momento - al alquitrán.